jueves, 2 de mayo de 2013

LA ESTATUA DE LA LIBERTAD

La estatua de la Libertad, paradójicamente, ni siquiera fue creada en Estados Unidos, sino en el estudio de un escultor francés llamado Frederic Auguste Bartholdi.
Es una estatua de cobre, cubierta con una túnica larga y suelta, que se yergue majestuosamente sobre una pequeñísima isla en el puerto de Nueva York y le da la bienvenida a los barcos y pasajeros que llegan. En la mano derecha sostiene una antorcha en alto señalando el cielo; en la izquierda se encuentra una tablilla que dice: "4 de julio de 1776", fecha en que se proclamó la Declaración de Independencia.

La estatua, cuyo nombre completo es La Libertad Iluminando el Mundo, fue un regalo de Francia a Estados Unidos, que simboliza el amor de ambos países a la democracia

El espíritu de la estatua lo traduce el famoso poema de Emma Lazarus, "El nuevo Coloso", inscrito en una placa colocada en el interior del pedestal. Este poema concluye de la siguiente manera:

Dadme vuestros seres pobres y cansados. Dadme esas masas ansiosas de ser libres, los tristes desechos de costas populosas. Que vengan los desamparados Que las tempestades batan. Mi antorcha alumbra un umbral dorado. El escultor Bartholdi alcanzó fama en Francia, su país natal, desde muy joven. A los 22 años creó la estatua de uno de los más importantes generales de Napoleón, y poco después le concedieron la prestigiosa condecoración de la Legión de Honor. En 1865 acudió a una cena cerca del Palacio de Versalles en casa de Edouard de Laboulaye, profesor e historiador francés, en la que los invitados conversaban sobre la estrecha amistad que unía a Francia con Estados Unidos desde que el marqués de Lafayette luchó con valentía en la guerra de independencia de este país.





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