La estatua de la Libertad, paradójicamente, ni siquiera fue creada en Estados
Unidos, sino en el estudio de un escultor francés llamado Frederic Auguste
Bartholdi.
Es una estatua de cobre, cubierta con una túnica larga y suelta, que se yergue
majestuosamente sobre una pequeñísima isla en el puerto de Nueva York y le da la
bienvenida a los barcos y pasajeros que llegan. En la mano derecha sostiene una
antorcha en alto señalando el cielo; en la izquierda se encuentra una tablilla
que dice: "4 de julio de 1776", fecha en que se proclamó la Declaración de
Independencia.
La estatua, cuyo nombre completo es La Libertad
Iluminando el Mundo, fue un regalo de Francia a Estados Unidos, que simboliza el
amor de ambos países a la democracia
El espíritu de la estatua lo traduce el famoso poema de Emma Lazarus, "El nuevo
Coloso", inscrito en una placa colocada en el interior del pedestal. Este poema
concluye de la siguiente manera:
Dadme vuestros seres pobres y cansados.
Dadme esas masas ansiosas de ser libres, los tristes desechos de costas
populosas. Que vengan los desamparados Que las tempestades batan. Mi antorcha
alumbra un umbral dorado. El escultor Bartholdi alcanzó fama en Francia, su país
natal, desde muy joven. A los 22 años creó la estatua de uno de los más
importantes generales de Napoleón, y poco después le concedieron la prestigiosa
condecoración de la Legión de Honor. En 1865 acudió a una cena cerca del Palacio
de Versalles en casa de Edouard de Laboulaye, profesor e historiador francés, en
la que los invitados conversaban sobre la estrecha amistad que unía a Francia
con Estados Unidos desde que el marqués de Lafayette luchó con valentía en la
guerra de independencia de este país.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario